¿Qué es la soldadura TIG y porqué es la mejor del sector metalmecánico?
La soldadura TIG (del inglés tungsten inert gas o gas inerte de tungsteno) o GTWA (del inglés gas tungsten arc welding o soldadura por arco de tungsteno), es una técnica de soldadura que como su nombre lo indica, se caracteriza por el empleo de un electrodo permanente de tungsteno, aleado a veces con torio o circonio en porcentajes no superiores a 2%. Actualmente el torio está prohibido ya que es altamente perjudicial para la salud, por eso en Sergeva hemos estado usando Circonio desde que empezamos a trabajar con ésta técnica de soldadura hace más de 12 años.
Adicionalmente ésta técnica también necesita el uso de gas para proteger la punta del electrodo para que no se desgaste, los gases más utilizados son el argón y el helio, o mezclas de ambos. El gran beneficio de este método de soldadura es, básicamente, la obtención de cordones más resistentes, más dúctiles y menos sensibles a la corrosión que en el resto de métodos de soldadura usados comúnmente, por lo tanto, más duradera y de mejor calidad, ya que el gas protector impide el contacto entre el oxígeno de la atmósfera y el baño de fusión. Además, dicho gas simplifica notablemente la soldadura de metales ferrosos y no ferrosos, ya que no requiere el empleo de desoxidantes, evitando las deformaciones o inclusiones de escoria que pueden implicar. Otra ventaja es que permite obtener soldaduras limpias y uniformes debido a la escasez de humos y proyecciones; la movilidad del gas que rodea al arco transparente permite al soldador ver claramente lo que está haciendo en todo momento, lo que repercute favorablemente en la calidad de la soldadura. El cordón obtenido es por tanto de un buen acabado superficial, que puede mejorarse con sencillas operaciones de acabado, lo que incide favorablemente en los costes de producción. Además, la deformación que se produce en las inmediaciones del cordón de soldadura es menor.
Como inconvenientes están, la necesidad de proporcionar un flujo continuo de gas, con la subsiguiente instalación de tuberías, bombonas, etc., y el encarecimiento que supone. Además, este método de soldadura requiere una mano de obra muy especializada, por tanto, no es uno de los métodos más utilizados sino que se reserva para uniones con necesidades especiales de acabado superficial y precisión.